A las todas las personas del mundo:
A pesar de numerosas conferencias, comunicados y declaraciones realizadas por diferentes instituciones, incluida la Declaración para el Milenio de la ONU, las palabras no han podido producir la tan necesitada agua... Para los 1.100 millones de personas que no tienen acceso o no se pueden permitir agua potable segura, para los 2.400 millones que no tienen acceso a saneamiento básico, esta es una realidad cotidiana.
Los Objetivos de Desarrollo para el Milenio de la ONU han marcado como objetivo la reducción a la mitad del número de personas sin acceso a servicios de agua hasta el 2015. Dicho objetivo corre peligro de no cumplirse si no se producen cambios drásticos respecto a la forma de tratar este asunto.
El acceso al agua es literalmente una cuestión de vida o muerte. Me percaté de ello gracias a mi experiencia como Secretario de Agricultura de la antigua URSS, cuando heredé una crisis causada por la decisión de desviar los ríos que desembocaban en el Mar de Aral. Décadas después, esta decisión continúa destruyendo vidas y ha dejado un terreno ambientalmente yermo. Por otro lado, el cambio para mejor de las políticas del agua pueden tener un efecto positivo para el medio ambiente, la salud pública y la educación así como crear empleo y ofrecer posibilidades de realización en la vida de las personas. El mundo está en una encrucijada. Este es el momento de la verdad.

Frente a esta realidad, Green Cross International exhorta a la comunidad internacional a tomar la iniciativa, a asumir su responsabilidad y a desempeñar el papel que le pertenece en la misión recogida en los Objetivos de Desarrollo para el Milenio.

EL AGUA NO ES UN PRIVILEGIO SINO UN DERECHO! Esta es la divisa que hemos escogido para la campaña y estoy seguro de que nadie que esté en uso de la razón negaría su esencia. Sin embargo, la situación no es nada simple.

El objetivo final de la campaña es contribuir a acabar con la crisis del agua que reduce millones de vidas humanas a la miseria, insertadas en un contexto de conflicto e inestabilidad a gran escala.

Debemos aspirar al acceso universal al agua y al saneamiento básico; cualquier cosa que se quede corta en este cometido es una violación de nuestra civilización, nuestros derechos humanos y nuestra moralidad.
Desde un punto de vista práctico, la falta de un marco legal internacional adecuado para resolver la crisis mundial del agua representa un obstáculo considerable para resolver este problema.

Por todo el mundo retumba el clamor de “agua para vivir” pero no existe ningún documento internacional que garantice que todo el mundo tenga derecho a agua segura y asequible, que sea vinculante para los Estados y, sobre todo, que marque los fundamentos para asegurar este derecho.

Por ello, Green Cross International y sus socios proponen la negociación y adopción de una Convención Mundial del Derecho al Agua, que, una vez ratificada por los Estados miembros de Naciones Unidas, sirva de herramienta para todos los ciudadanos para asegurar su derecho al agua y al saneamiento seguros y que obligue a los Estados a garantizar el respeto de estos derechos.

Hemos iniciado una campaña pública internacional, junto con otras organizaciones internacionales, nacionales y locales, para convencer a los Estados para que inicien las negociaciones de dicha Convención. Pueden encontrarse actualizaciones periódicas e información completa acerca de la campaña en www.watertreaty.org, donde figura también una petición para el Derecho al Agua, que les animo con fervor a que la firmen.

Soy consciente de que algunos nos llaman idealistas, pero me lo tomo más bien como un cumplido. En Green Cross no tememos los cambios difíciles: son los únicos por los que merece la pena luchar. Y contamos con el apoyo de millones de personas para conseguirlos.

Les animo e invito a todos para que se conviertan en Embajadores en sus países, sus comunidades y sus instituciones de esta iniciativa ciudadana mundial. El Derecho al Agua es nuestra causa común y, para llevarla a buen puerto, necesitamos que se hagan oír todas y cada una de las voces que piden su declaración.